¿Has enfrentado alguna vez un problema en tu negocio? ¿Qué pasos has utilizado para resolverlo?
Muchas empresas, por lo general, utilizan seis fases para resolver problemas ya sea internos o externos. Algunos problemas pueden ser bien estructurados necesitando soluciones prácticas, mientras que otros suelen ser mal estructurados los cuales necesitan exploración más que soluciones. Explorar un problema envuelve el generar una hipótesis, asumir, crear modelos simples y sacar conclusiones tentativas. El proceso para resolver problemas poco estructurados suele ser más creativo que aquel proceso para encontrar una solución.
En cada una de las seis etapas vamos a encontrar dos tipos diferentes de pensamiento. El divergente y el convergente.
El psicólogo estadounidense Joy Paul Guilford propuso en el año 1967 dos tipos de pensamiento para la resolución creativa de problemas, el divergente y el convergente. El pensamiento divergente es el proceso de generación de ideas mediante la exploración de varias posibles soluciones. El pensamiento convergente es la habilidad de dar la respuesta correcta a una pregunta, ordenando de manera lógica la información disponible.
Digamos que tienes un problema y necesitas una solución creativa. Puedes dar mano de los dos enfoques cognitivos propuestos por Guilford. El pensamiento convergente es lineal y sistemático, mientras que el pensamiento divergente se parece más a una red de propuestas que buscan soluciones conectando ideas.
El pensamiento convergente fusiona varias ideas para dar una única solución, mientras que el pensamiento divergente tiende a expandirse generando múltiples ideas y múltiples soluciones. El pensamiento convergente tiende a ser más enfocado, mientras que el divergente es más flexible e interactivo. El pensamiento convergente es analítico explorando soluciones y proponiendo la mejor, mientras que el divergente es más creativo proponiendo soluciones que nadie habría pensado antes aún si estas soluciones podrían no ser la mejor o no funcionar. El pensamiento convergente se pregunta ¿por qué?, mientras que el divergente ¿por qué no?
Aunque parezca que estos enfoques son completamente distintos, van completamente de la mano. Usualmente las empresas utilizan el pensamiento divergente para generar ideas y luego pasan a utilizar el convergente para analizar y descartar ideas, para luego dar paso nuevamente al divergente para encontrar nuevas ideas y perspectivas dando paso una vez más al pensamiento convergente creando un ciclo hasta encontrar las mejores soluciones. Ambas son necesarias.
Las seis etapas en el proceso de resolución de problemas son:
- Explorar el problema: En esta etapa debemos tener una descripción satisfactoria de la situación e identificados (aunque no necesariamente reunidos) los datos clave.
Fase divergente: Busca problemas y oportunidades.
Fase convergente: Acepta un desafío y emprende esfuerzos sistemáticos para responder a él. - Buscar información: En esta etapa debemos encontrar y organizar información relevante para la situación en cuestión y a la vez hacer algunas hipótesis iniciales sobre la fuente del problema y las posibles soluciones.
Fase divergente: Recopila datos, impresiones, sentimientos, observaciones; examina la situación desde diversos puntos de vista.
Fase convergente: Identifica la información más importante y descarta lo que no lo es. - Identificar un problema: En esta etapa debemos generar un enunciado del problema y el plan de trabajo.
Fase divergente: Genere varios enunciados de problemas potenciales diferentes.
Fase convergente: Elija uno de ellos. - Buscar soluciones: En esta etapa debemos crear una lista de posibles soluciones con sus ventajas y desventajas para cada una.
Fase divergente: Desarrolle muchas alternativas y posibles soluciones.
Fase convergente: Seleccione una o algunas ideas que parezcan más prometedoras. - Evaluar soluciones: En esta etapa debemos generar un curso recomendado de acción, junto con una justificación que lo respalde.
Fase divergente: Formular criterios para revisar y evaluar ideas.
Fase convergente: Seleccione los criterios más importantes. Use los criterios para evaluar, fortalecer y refinar ideas. - Implementar una solución: En esta etapa debemos crear un plan de implementación y ejecutarlo para comenzar a evaluar qué tan bien está teniendo éxito.
Fase divergente: Considere posibles fuentes de asistencia y resistencia a la solución propuesta. Identifique los pasos de implementación y los recursos necesarios.
Fase convergente: Prepare la solución más prometedora para la implementación.
Aunque parezca un proceso largo y a veces tedioso, la implementación de los dos enfoques cognitivos hará que la solución del problema sea dinámica y al final genere los mejores resultados.
Por: Bizketing Panamá
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