La Rana Dorada, nativa de la región central de Panamá y que es oficialmente considerada un emblema en nuestro país desde el 2010 está hoy catalogada como una especie en peligro crítico de extinción.
Los machos de esta especie miden entre 3.5-4.8 centímetros y pesan aproximadamente de 3-12 gramos. Las hembras miden entre 4.5-6.3 centímetros y pesan entre 4-15 gramos. A pesar de su pequeño tamaño, la rana dorada es altamente venenosa. La tetrodotoxina y zetekitoxina producida por las glándulas del este anfibio hacen que su piel sea tóxica. Una rana dorada contiene suficiente veneno para matar a 1,200 ratones. Su llamativo color amarillo sirve como advertencia a otras especies y posibles predadores sobre su toxicidad.
Esta especie se alimenta mayormente de insectos y cazan durante el día. Las hembras depositan entre 30-80 huevos. En sus etapas tempranas, la rana dorada es de color verde con manchas negras, pero al madurar su tono verde se torna amarillo. Su expectativa de vida oscila entre los 10-15 años aproximadamente.
En Panamá, lel hábitat natural de la rana dorada se encuentra en el área del Valle de Antón. La última vez que fue vista en forma silvestre fue en el 2009. A través de los años, la población de rana dorada ha sufrido a causa de la destrucción de su hábitat y por la invasión del hongo quítrido que acabó con el 80% de las ranas doradas.
Debido a que las ranas doradas de Panamá viven en cautiverio desde hace aproximadamente 14 años, su integridad se ha visto afectada durante la reciente pandemia de Covid-19 por la falta de donaciones al centro de conservación de anfibios en el Valle de Antón.
Como ciudadanos, podemos poner de nuestra parte contribuyendo monetariamente a instituciones encargadas de la conservación de la rana dorada y cuidando del medio ambiente para ayudar a preservar el hábitat natural de la icónica rana dorada; emblema de nuestro país.
Fuentes:
https://nationalzoo.si.edu/animals/panamanian-golden-frog